Descripción de la asociación



La Asociación IMPULSO CIUDADANO se suma, como movimiento cívico, al servicio para la vigilancia de los derechos de los ciudadanos, la racionalización de las administraciones públicas y la regeneración de la vida política.

"La Cataluña virtual es omnipresente. La misión de Impulso Ciudadano debe consistir en hacer aflorar la Cataluña real".


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jueves, 31 de diciembre de 2009

MONTILLA, EL NACIONALISMO Y SUS CITAS

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Estaba leyendo el mensaje de Fin de Año de nada menos que todo un presidente, Montilla -honorable, para más datos-, y me estaban entrando ganas de escribir algo, para aliviar mis tripas, cuando comprobaba la manera en que parece estar imbuido por el espíritu nacionalista este individuo que alcanzó su actual cargo sin haber hecho el esfuerzo de algo tan imprescindible como es en Cataluña el saber esa lengua con que se sustituyó a la de sus habitantes del momento, cuando llegaron los señores lorigados y con lanza. Me sorprendía también cómo ha calado en él –creo que sin advenimiento de espíritu ultrasideral alguno- esa especie de conjunción cósmica con un determinado punto aleph, por el que la Historia -con mayúscula- se funde y confunde con o a los individuos en una especie de juego de avatares que puede permitir que tus tatarabuelos, o más, tuviesen una especie de don de la ubicuidad virtual, pero vinculante.

Estaba en esas, cuando me desperté; y es que uno, con este Montilla, siempre tiene la sensación de que está dormido y de que se despierta de repente. En esta ocasión, lo que ha venido en socorro de mi letargo presidencial, ha sido el “piiip” de recepción de un nuevo correo electrónico; lo he leído, y como me parece mucho más jugoso que cualquier cosa que yo pueda decir, os dejo su dirección, para que paséis un buen rato, eso sí, aprovechando el momento para desearos una buena entrada de año.

Para ver mensaje de Montilla, pulsa AQUÍ.

Para ver las citas jugosas, pulsa AQUÍ.

Juan Alonso

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lunes, 28 de diciembre de 2009

ARAGÓ, COLÒNIA NOSTRA!

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Al final ha visto la luz, tan mareada como desconocida, una ley de lenguas para Aragón. Sin duda, la mayoría de los ciudadanos, absurda, lógica y convenientemente, ajenos a ella y a lo que supondrá en sus vidas.


Sin entrar en más detalles, y aplicando (con repugnancia) la misma perversa dialéctica de lenguas propias vs. oficiales, mientras quedan en el baúl del olvido social lenguas madres, vehiculares y comunes, la historia no emerge, en esta ley, de la pezuña cota que marcaron similares leyes en vecinas regiones. Porque bien podríamos los aragoneses y riojanos haber exigido que a lo que llamamos Castellano, o Español, se hubiese denominado en realidad como Riojano-Aragonés, ya que el origen histórico, territorial, y su expansión natural por el valle del Ebro, marcan un idioma tan telúricamente nuestro como las variantes hermanas de las Lenguas de la Franja o las Lenguas Pirenaicas. En Aragón ya se hablaba, es más, ya se creaba, amaba y luchaba por la libertad en Español, Castellano, Riojano-Aragonés, o como lo quieran llamar, antes de que se cerrase el actual mapa de nuestra región, lo que sin duda le otorga la calidad de lengua nuestra, de lengua propia, calidad que le niega la ley.



Hemos asistido a un parto, no sólo de una ley, sino de la imaginería que el nacional-socialismo prepara para nuestra región. El denominar como Aragonés al ayuntamiento de las lenguas que se dan en los valles pirenaicos, no sólo supone la muerte de esa riqueza plural, bajo las botas de una “academia” sino que, además, trasluce que el Español no es la lengua que alumbraron hace ya siglos, como intentaba bosquejar en el párrafo anterior, nuestros abuelos en nuestra tierra, sino una suerte de imposición, que conquistadores castellanos de roñosas y fascistas armaduras, lograron a sangre y fuego. Y que los únicos aragoneses auténticos son los pirenaicos, o en su defecto, aquellos que hablen esa fabla, y que resisten, en un montañoso rincón, ahora y siempre, al extranjero invasor, a imagen y semejanza de los geniales cómics de Astérix.



Y es que las aventuras del galo, suponen, por sí mismas, toda la profundidad argumental que el nacionalismo en España necesita para germinar, y toda su solvencia intelectual.



Y respecto del Catalán, llama la atención que el Partido Popular, con buen criterio, se esfuerce y recoja miles de firmas contra la imposición del mismo, pero que sin embargo no sume una sola contra la imposición del “Aragonés”. O si se movilizaría de igual manera si la lengua por imponer fuese el Fragatino. Bueno, llamaría la atención del despistado ciudadano que no haya visto lo que el PP ha propugnado para Galicia, Baleares, Comunidad Valenciana… Para nosotros, un suma y sigue lógico y muy consecuente.



Y lo que más brilla entre las líneas de la ley, es la sonrisa y la mano del nacionalismo socialista catalán. Las oposiciones de la década que estamos a punto de estrenar valorarán para el empleo público aragonés un conocimiento de la lengua vecina que abrirá una gran ventana de clientelismo a los ciudadanos de determinadas regiones (ya de por sí agraciadas con los mejores de nuestra tierra), a la par que cerrará nuestro propio funcionariado al aragonés medio. ¿Pensaban que un vecino no podía hacer que diésemos de comer a sus hijos antes que a los nuestros?



Además, de nuevo, la normalización a Catalán de todo el rosario de hablas de la Franja, (distintas entre sí hasta el punto de no haber acuerdo de en qué lado de las fronteras lingüística/académicas caen algunas de ellas) no sólo extermina cualquier atisbo de la nominal propiedad aragonesa que tuviesen, sino aún de la que tuvieren, al instaurar el subliminal silogismo de que si el Aragonés se habla en Aragón, el Catalán en Cataluña. Y lo que es Cataluña, lógicamente, no es Aragón. Un alto precio, toda la Franja, han pagado Chuntas por su cuota de poder, al PSC de Iglesias. Mientras, el PSA de Labordeta, toma toda la semblanza de un bien de la franja. ¿El sarcófago de Nachá, quizás?

Román Lobera
Miembro de las asociaciones:
"Lengua Común"
e "Impulso Ciudado"
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jueves, 24 de diciembre de 2009

EL BUTONI

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El Butoni de mi tierra, el Butoni de mi niñez, igual que el Chichinero, el Hombre del Saco, el Coco, el Sacamantecas o tantos otros de otras tierras y otras niñeces, era un personaje siniestro e imaginario con un cometido concreto: asustar a los pequeños.

Debía de ser un personaje bastante cómodo para los padres y abuelos, ya que, en aquellos tiempos de escaso tráfico rodado, en que sus hijos se criaban sueltos por la calle, servían para señalar los límites territoriales que los chiquillos no podían propasar, evitando así la incómoda misión a sus mayores de tener que estar permanentemente ojo avizor.

En cuanto a la apariencia de los personajes, poco se puede decir, ya que, ni aún en el caso más antropomórfico, que sería el del Hombre del Saco, su silueta estaría deformada por los bultos del costal que obligatoriamente acarreaba sobre sus hombros, y que, en la distante oscuridad en que los chavales podían verlo antes de salir pitando, le conferiría un perfil lleno de bultos deformes; bultos que, casualmente, parece que son los que dan origen etimológicamente al Butoni... lo que son las cosas.

Cualquiera diría que esos monstruos de la infancia deberían desaparecer una vez superada esa etapa de la vida; pero, por lo visto,” bien” orientada esa etapa puede alargarse indefinidamente. Sólo es preciso cambiar la informe amenaza por otras formas adecuadas a los objetivos de quienes se arrogan la potestad de ocupar el lugar de los padres y, por ejemplo, donde antes se decía Butoni, Hombre del Saco, Chichinero, etc., ahora se dirá Madrit: “¡Cuidado que viene Madrit!”, “¡expulsemos a Madrit!”, “que Madrit nos quiere sacar las mantecas”, etc,... Y los niños, devenidos en niños eternos, junto con algún productor de babas natural, serán capaces de las mayores tropelías con tal de plantar digna pugna a cualquier execrable monstruo invasor, por irreal que sea; aunque el monstruo no sea más que un bulto, una sombra indefinida: una proyección de nuestros miedos: el Butoni.

Y colorín colorado...
Juan Alonso
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domingo, 20 de diciembre de 2009

EL LUGAR HA PERDIDO SU MAGIA

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El primer libro que leí de Ian Gibson fue ‘Ligero de equipaje’ una espléndida biografía de Antonio Machado. Sus capítulos finales impresionan por la tristeza infinita que el autor imprime a la muerte del poeta y de su madre, en el exilio. Del hispanista volví a repetir en ‘Cuatro poetas en Guerra’ que trata sobre la experiencia y vivencias de Machado, Juan Ramón, Miguel Hernández y Lorca, durante el conflicto fratricida, típicamente español, del primer tercio del S.XX. En los capítulos referidos a Lorca expone Gibson, con detalle, su prendimiento y muerte y describe cuidadosamente el lugar donde, con toda probabilidad, los verdugos enterraron al universal dramaturgo junto con otros malaventurados republicanos. Espoleado por la curiosidad que destapó la lectura del mencionado episodio, sin atender las predicciones del tiempo que desaconsejaban una excursión en la que predominaba lo visual -por las vistas panorámicas que la Sierra de Huétor ofrece- sobre lo etnográfico o gastronómico, decidí recorrer la zona asumiendo el riesgo y me encaminé por la carretera secundaria que une Víznar y Alfacar. A un par de kilómetros -ojo de buen cubero- de la salida de Víznar se encuentra la señalización del comienzo de un sendero que recorre el Barranco de Víznar junto con algunas cañadas de singular belleza. Dejé a mi derecha el sendero y proseguí mi camino hasta la Fuente Grande, en el término municipal de Alfacar, antigua alquería famosa por sus hornos de pan de excelente calidad (de esto hablaremos otro día), poco antes de llegar a la fuente -loada en versos maravillosamente por Ibn al-Jatib- topo, también a la derecha, con el parque García Lorca situado en un recodo de la carretera y decido parar a visitarlo detenidamente a la vuelta, así que continúo hasta llegar, unos pocos cientos de metros más allá, a la pequeña charca de agua transparente que en tiempos creían de propiedades mágicas y que abastecía el barrio granadino del Albaycín. Fotos, charla, risas, paseo y vuelta hacia el parque. Tiene el lugar una placeta circular de empedrado típico andaluz, ‘chinorro’ blanco y gris combinado para, puesto de canto, hacer distintos dibujos y figuras, y un entramado de pequeñas conducciones de agua que van a coincidir en una humilde cascada situada en un trozo de arco del redondel, huelga decir que toda la ingeniería y máquina ideada para hacer circular el agua fracasaba por desuso y falta de mantenimiento. Pero el objeto principal de mi prurito era un monolito ubicado en una esquina del parque, cerca del vallado y en una parte muy próxima a la carretera. Me hice una foto junto al monolito poco después de leer el recordatorio grabado en la piedra mientras la tristeza de evocar lo ocurrido allí hace setenta y dos años me embargaba. Memoricé la frase: “A la memoria de Federico García Lorca y de todas las víctimas de la Guerra Civil. 1936-1939”. Así, sin más, sin distinciones, sin separar a las víctimas de uno y otro bando; no sé quién es el propietario del parque, ni de quién es la competencia, si del ayuntamiento de Alfacar, de la Diputación, de la Comunidad Autónoma, tampoco sé el signo político del que decidió la inscripción a grabar en la roca, ni me importa ni tengo ganas de averiguarlo, pero ante la grandeza de aunar a las víctimas en un solo cuerpo, aunque los que estén enterrados sean sólo republicanos, no pienso poner pegas. A mí me basta.

Gibson se equivocaba, ya sabemos que no está enterrado ahí, ¿qué hemos ganado con ello?, nada, simplemente, ahora, el lugar ha perdido su magia.
A. Sánchez Ponce

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jueves, 17 de diciembre de 2009

CATALUÑA SE BERLUSCONIZA

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Algunos comentaristas han advertido últimamente sobre el proceso de italianización de la política catalana a raíz del enjuiciamiento de algunos políticos y prohombres de la denominada sociedad civil relacionados con casos de corrupción. No es sólo el aprovechamiento de las ventajas políticas para disfrute personal lo que conecta el modelo catalán con el italiano. Al igual que ocurrió en Italia, la desafección es campo idóneo para hacer emerger una pluralidad de formaciones que quieren aprovechar el desencuentro entre sociedad e instituciones políticas. No obstante, he de reconocer que en la lucha por el hueco político hay casos en que las estrategias desbordan la imaginación. Analicemos el más reciente.

El fiasco de las consultas soberanistas nos permite llegar a algunas conclusiones. La primera, que la historia del desapego de Cataluña hacía el resto de España y la necesidad de acabar con cientos de años de espacio compartido es un invento de nacionalistas. La segunda, que la ambición independentista está sobredimensionada por algunos políticos y medios de comunicación. La sorpresa final, sin embargo, ha sido todo un acontecimiento. Resulta que todo el entramado de consultas por la independencia escondía, al parecer, el caballo de Troya de la preparación de una nueva formación política liderada, entre otros, por Joan Laporta. Ésta es la prueba definitiva del proceso de italianización de la política catalana. Faltaba el personaje berlusconiano y ya contamos con él. Laporta, como Berlusconi, es un político populista de derechas, preside un club de fútbol del que se aprovecha sin ningún tipo de pudor, tiene debilidad por las “velinas” y sufre de manía persecutoria (lo de la conspiración de las aerolíneas y de las autoridades gubernamentales españolas –Zapatero es un barcelonista confeso- para obligar al avión de Turkish Airlines a parar en el aeropuerto Ataturk en el viaje del Barça a Abu Dhabi es delirante). También, como al Cavaliere, los escándalos persiguen a nuestro peculiar Braveheart catalán. Le deseo que su aterrizaje en la realidad de la confrontación partidista sea menos doloroso que el del referente italiano.

José Domingo
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domingo, 13 de diciembre de 2009

SEÑORES VEAN Y SEPAN DEL OASIS CATALAN

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En Cataluña, y a pesar de lo que es políticamente correcto, son muchas las asociaciones y fundaciones que están en el mismo espacio. Todo ello, a pesar de que para la clase política catalana, los ciudadanos que están en ese magma son trasparentes pues es como si no existiesen. Muchas de estas asociaciones, llevan muchos años plantando cara al nacionalismo dominante, sin subvenciones ni ayudas, vamos “a pelo” que diría el castizo. Es interesante que el resto de España se entere de todo ello, pues parece que al periodismo subvencionado no le interesa. Entre ellas, y si me olvido alguna que me perdonen, están:

Asociación por la Tolerancia:
http://www.tolerancia.org
Impulso Ciudadano:
http://www.impulsociudadano.es
Alternativa Ciudadana Progresista (Barcelona):
http://www.alternativaciudadana.es
Convivencia Cívica Catalana (Barcelona):
http://www.convivenciacivica.org/
La Cervantina (Barcelona):
http://www.cervantina.org/princ/
Fundación para la Defensa de la Nación Española:
http://www.nacionespanola.org/
Federación de Casas Regionales y entidades culturales de Cataluña:
http://www.casasregionales.org/
Federación de Asociaciones Americanas en Cataluña:
http://www.fasamcat.com
Asociación Ciutadans de Catalunya:

Todas estas asociaciones, y alguna más han batallado durante años primero contra el nacionalismo burgués de Pujol y después contra el nacionalismo progresista e independentista del tripartito. Se logró un gran triunfo al meter a tres diputados en el Parlamento de Cataluña; para no faltar a la verdad a dos históricos Domingo y Robles, y a un recién incorporado Rivera (que parece que por un tema alfabético fue el primer presidente del partido CIUDADANOS). Ya saben la historia y lo que significó el factor humano en el caso de este último, cuando la persona se coloca por encima de la idea y de la ideología.

Cataluña, según las fuerzas políticas representadas en el Parlamento, se divide en nacionalistas, federalistas, independentistas, y no nacionalistas o constitucionalistas. Lo del eco-socialismo me parece una broma, antes en Cataluña había comunistas con todas las letras, ahora parece que no.

Las ideologías en Cataluña tienen un estigma. El nacionalismo, primero ha de ser nacionalista, y luego los otros ismos: socialismo, comunismo, liberalismo, centrismo, ecologismo etc. Aquí no vale primero soy socialista o lo que sea y luego nacionalista. Es difícil pero se entiende. Los que han escogido la primera opción están el poder durante muchos años, casi toda la vida democrática catalana.

Hay otra división muy curiosa entre los políticos catalanes, según mi opinión, unos son los vertebrados y otros los invertebrados. Como recordamos de nuestra época de estudiantes:
Los vertebrados son un grupo de animales con un esqueleto interno articulado, que actúa como soporte del cuerpo y permite su movimiento. Esa es la exacta definición del poder en Cataluña y lo ha sido durante toda la vida democrática de Cataluña.

En cambio, los invertebrados carecen de columna vertebral y de esqueleto interno articulado. Esto constituye una exacta definición de los no nacionalistas y ejemplos los hay y muy cercanos.

Ya saben la misma zoología lo define así, aceptémoslo son superiores los animales vertebrados a los invertebrados.

Doy mas abajo las características, que espero no molesten mucho, de los dos tipos de ciudadanos catalanes, pero ojo que hay muchísimos más; no me gustaría poner etiquetas dogmáticas, tan solo es una opción con ironía.

VERTEBRADOS:

Nacionalistas, independentistas, catalanistas, auto-deterministas, federalistas, de derechas , de izquierdas, de centro, apolíticos, sin ideología, del Barsa, del Español y del Madrid, ricos, burgueses, trabajadores, nacidos en Cataluña y fuera de Cataluña, empleados públicos, autónomos, empresarios, trabajadores, saben, no piensan, no critican, no lo entienden, les da igual, tienen poder, deben su puesto de trabajo, tienen miedo a perderlo, están colocados o enchufados, algunos viven del cuento, se creen superiores al resto de españoles, les roba ESPAÑA, hacen no se quién que les da asco todo lo español, los toros, la literatura española, odian a Madrid, siempre se comparan con ella, les encantan los mossos, les chiflan los extranjeros que hablan catalán, están en sus tronos, no critican a sus chorizos catalanes, es culpa de España o Madrid, nunca llegan a su Sinaí, creen que son más que los invertebrados aunque estadísticamente son menos, equiparan la corrupción a la presunción de inocencia, no compran si pueden libros en castellano, ni productos editoriales en esa lengua, el TOM TOM el navegador del coche lo prefiere en francés que en español, sólo ven TV3, solo ven teatro en catalán, la zarzuela no les gusta mucho, odian al PP y a CIUDADANOS, sólo consumen vinos y cavas catalanes, sólo productos alimenticios catalanes, la cerveza ha de ser catalana, la música sólo en catalán , los cines sólo en su lengua.

Perdonan cualquier cosa de sus lideres políticos, incluso el choriceó, quieren jueces y fiscales catalanes, también Hacienda catalana, muchos y muchos viven bien de las subvenciones, multas lingüísticas por el rotulo o letrero del negocio o la empresa en español, dan millones para el catalán en Francia (aunque se hagan clases en Cataluña en barracones), para amigos y de la cuerda buenos sueldos dietas y complementos en sus embajadas, tarjetas de crédito a usar sin restricciones, podemos ver por TDT las cadenas de los países catalanes, Mallorca, Valencia, no podemos ver la andaluza, la gallega, la de Madrid, la del País Vasco,


INVERTEBRADOS

Españolazos, españolistas, fachas, de derechas, de izquierdas, de centro, apolíticos, sin ideología, del Barsa del Madrid, del Español, ricos, burgueses trabajadores, nacidos en Cataluña y fuera de Cataluña, empleados públicos, autónomos, empresarios, trabajadores, van a su bola, individualistas, no quieren tener líder, tienen a sus hijos en inmersión lingüística en catalán, no les une nada, critican todo y a todos, no les convence nadie, no se movilizan ni para Dios, cuando votan al PSC se creen algunos que votan a Felipe González, no tapan a un chorizo ni corrupto, no se afilian a partidos o sindicatos, tiene buenas relaciones con España y el resto de españoles, no se creen superiores, les encanta la guardia civil, como amigo prefieren un buen catalán que uno de su tierra, no les gusta que los compadezcan, ni que los quieran nacionalizar, ni que se les imponga una lengua, una cultura, una forma de ver la vida, respetan las otras formas de verlo, algunos lucharon contra Franco y a favor de la lengua catalana, a veces se sienten solos cuando en numero son mas que los vertebrados, también, les da lo mismo leer en catalán o castellano, ven todos las emisoras de TV, compran libros en cualquier idioma, y periódicos también alguno lee LE MONDE, les encanta todo el teatro, les chifla la zarzuela, incluso algún despistado vota a Cardo, consumen vinos cavas y champañas de todo el mundo, consumen productos alimenticios de cualquier lugar, cualquier cerveza, no perdonan al chorizo y corrupto aunque sea catalán, les da igual dónde hallan nacido, quieren buenos jueces y fiscales, y Hacienda lejos, de subvenciones para ellos ni un céntimo de euro, multas lingüísticas todas, tarjetas de crédito las propias ninguna del gobierno, ni ayudas, ni dietas, ni TV autonómicas en TDT, la andaluza, la gallega, la de Madrid, la del País Vasco.


Después de esto y conociendo que los mejores nos dejan pronto, lo digo por mi profesor en los años universitarios, que despertó en mi la política, la igualdad y la libertad, mi maestro en política. Pues tampoco era querido por los vertebrados, a pesar de lo que hizo por Cataluña, España y por las libertades de todos nosotros y de las nuevas generaciones. Él lo dejo escrito en sus libros y explicó didácticamente que podemos, vivir y convivir todos empleando la fórmula mágica de la democracia: el respeto a las leyes y a las reglas de juego democrático.

Acabo pidiendo a las nuevas generaciones de ciudadanos que lean y comprendan a este ciudadano Jordi Solé Tura, que empezó de panadero en su pueblo Mollet del Valles, llegó a catedrático y a Ministro y en los años del duro franquismo algunos lo oíamos a altas horas de la noche por la radio desde Bucarest, emitiendo como Radio Pirenaica. El domingo, aniversario de la Ley de Leyes, me desplacé al Salón Sant Jordi, para darles personalmente el pésame y pude abrazar a su viuda y a su hijo Albert, gran persona con un padre único y que por merito propio ya ha entrado en la Historia de España. Tengo la leve sospecha que el pensamiento de mi profesor se enseñará en las escuelas españolas y si no fuera así, la historia nos juzgara………….QUÉ PAÍS.
Antonio Pavón
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jueves, 10 de diciembre de 2009

EL TIBURÓN Y LOS PECES PILOTO

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La subvención de los medios de comunicación públicos es, hasta cierto punto, razonable, al cabo, son medios de titularidad estatal o comunitaria y la Administración vela por ‘sus’ intereses y, colateralmente, por una información cuyas fuentes no dependan exclusivamente de los magnates de la comunicación. Esto lo hacen o lo han hecho todos los gobiernos. Financiar a fondo perdido, como se hace en Cataluña, los medios privados, cuya propiedad como es evidente no es pública, es una cosa muy distinta, descartado el fomento de la pluralidad de fuentes, sólo cabe relacionarla, forzosamente, con el intento por parte de la Administración de su domesticación y pastoreo. Si, hasta ahora, el éxito del amaestramiento pasaba más o menos desapercibido, después del “editorialazo” la situación queda meridianamente clara: defunción de la independencia y pluralidad informativa por cambio de rol de los medios, que pasan a ser medios de propagación en lugar de comunicación.

Ésta no es una prostitución forzosa puesto que no siempre pago significa venta, ahí estaba la opción, el periodismo debe ser audaz y valiente si quiere ser periodismo y la elección no ha podido ser más contraria a su fundamento, a su consustancia. La sociedad catalana no necesita más portavoz del gobierno que el oficialmente existente, de ahí que la credibilidad de los medios que han hecho de mecanismo de transmisión de las directivas que emanan del Palau de la Generalitat haya quedado en entredicho y malparada. Esta servidumbre es causa en este asunto, además, de un efecto perverso, la presión, incluso podría decirse coacción (como se desprende de algún párrafo del editorial) sobre el Tribunal Constitucional, intolerable para cualquier democracia que se precie de serlo.

Por otra parte, la adhesión masiva al editorial, como pregona el catalanismo, no es tal, son los mismos de siempre, las plataformas, asociaciones y entidades subvencionadas y algún que otro chantajeado emocionalmente que, atrapado entre la espada y la pared, difícilmente se atrevería a significarse.

Una vez más el nacionalismo tritura la libertad de expresión y el derecho a ser informado pluralmente, se hacía en el anterior régimen mediante imposición y, se hace en éste, mediante compra, que es un modo más suave de imposición. Por eso, ¿quién le pone el cascabel al gato? ¿quién se arriesga a no seguir el juego y quedarse sin los pingües fondos de la subvención? dadas las circunstancias, el editorial de los ‘doce apóstoles’ es un editorial de conveniencia mutua, pura simbiosis entre tiburón y peces piloto, éstos comen y aquél se deshace de la podredumbre de sus dientes, ¿qué mayor satisfacción puede haber, para un gobierno, que la unanimidad de los periodistas en cuanto a su gestión? El súmmum de la felicidad del político, ¡el éxtasis!, de ahí tanto parabién y tanto sentirse orgulloso como prácticamente la totalidad de la clase política catalana ha expresado.
5-12-2009 A. Sánchez Ponce
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domingo, 6 de diciembre de 2009

LOS OLVIDADOS

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Tradicionalmente el Estado del Bienestar es aquel que ha ido dotando a sus ciudadanos, a la gran mayoría de sus ciudadanos, de un amplio marco de derechos y de la satisfacción de perentorias necesidades, con lo cual se ha ido facilitando el acceso de todos al bienestar en todos los campos de la necesidad humana.

En nuestro país, el Estado del Bienestar ha dejado al margen a amplias capas de la población y, en los últimos tiempos, el bienestar más general se ha limitado tanto que alcanza solo a algunas capas de esa población.

Esta crisis, que no sé si nuestros gobernantes con su impericia, su negligencia o su ambición han podido provocar pero que sí estoy segura de que no saben resolver, arrastra a la pobreza cada vez a mayor número de colectivos y de ciudadanos. Nos estamos quedando sin clases medias que, súbitamente empobrecidas, caminan hacia la destrucción sin remedio de su propio tejido social.

Hoy que las empresas cierran, despiden empleados y dejan de pagar a sus acreedores; hoy que las empresas, base en la que se asienta la economía occidental, no venden apenas; hoy que el comercio se paraliza y las existencias crecen y crecen sin salida posible; hoy que nadie compra nada porque casi nadie tiene dinero para comprar y porque el temor y la inseguridad se han apoderado de los que aun disponen de él; hoy, crece y crece también el número de los que poco o nada tienen, de los olvidados del Estado de Bienestar.

En las grandes barriadas de los arrabales de la ciudad, en los barrios marginales de todas y cada una de nuestras poblaciones, crece la pobreza, el desempleo, la inseguridad y la violencia. El Estado del Bienestar ha desaparecido y ha dejado tras de sí un ejército de huérfanos.

Estos desheredados de la tierra pululan por aquí y por allá en silencio, ignorados por la España oficial.

Los bares-tugurio se llenan desde primeras horas de la mañana. Resignados a una suerte incierta, jubilados y parados matan la preocupación en juegos de dominó y en carajillos de ánimo corto y largo olvido.

Las puertas de los mercados se hallan llenas de gentío. Hombres jóvenes y no tan jóvenes pululan por allí. Dentro, cada vez menos personas compran lo que cada vez es más barato para que alcance a abastecer la necesaria mesa sostenida cada vez con mayor exclusividad por la escuálida pensión de la abuela para un cada vez mayor número de comensales.

Las colas del paro crecen y crecen, y crece, asimismo, el número de los desesperanzados que ya no van a la cola del paro. Crecen y crecen las visitas a la estrecha y oscura oficina de los Servicios Sociales, y crece y crece la ausencia de respuestas a las peticiones formuladas.
Una ONG de tradición, Cáritas, recupera hoy para miles de ciudadanos abandonados la última esperanza de alguna ayuda, secreta para el entorno, que permita la subsistencia unos días más. Y es que la pobreza avergüenza.

Cada vez hay más gente en los servicios de los hospitales porque la enfermedad crece junto a la pobreza y cada vez hay más gente que renuncia incluso a eso, y sobrelleva o se abandona en la soledad de sus casas a una penuria olvidada por el ya también casi olvidado Estado del Bienestar.

Silenciosos grupos de subsaharianos cruzan cada día escalera en mano, o sin ella, por las pinedas de los barrios residenciales. No hablan ni piden nada. Son apenas sombras. Tratan de conseguir las piñas de los pinos que les serán compradas por no se sabe quiénes al precio de algunas monedas, las que precisan para matar el hambre cada día. Viven bajo unos plásticos habilitados como vivienda en los campos de la periferia, sin agua ni luz, sin higiene, con la salud incierta que da la biología y la suerte, sin trabajo, sin familia, sin dinero, sin amigos, sin papeles, sin futuro… El Estado del Bienestar nunca les acogió y en estos momentos de necesidad son contemplados por los pobres nacionales como enemigos con quienes se ven obligados a compartir algo. Y crece el racismo.

Los Bancos han sacado a la venta a través de determinadas inmobiliarias los centenares de pisos arrebatados o abandonados por quienes no podían ya pagar sus hipotecas. Muchos de estos antiguos propietarios, sin trabajo y sin dinero, han abandonado un piso que no podían pagar ni sostener, han entregado las llaves al Banco y, liberados mentalmente de lo que no podían soportar, han vuelto a sus orígenes, allá, en el pueblo donde el abuelo aun conserva una casa, o más allá en el país de origen, abandonando aquí el sueño de una nueva y mejor vida que les trajo un día lejano.

Solo los funcionarios callan y conservan su, para algunos exiguo tesoro, amparados por sindicatos de castas y reivindicaciones económicas que han abandonado descaradamente a otros colectivos. Y allí, algunos precariamente resguardados, otros muchos, generalmente los de escalafones inferiores, con escasa holgura, son sabedores de cuanto hay detrás del muro; otros, situados más arriba, permanecen ajenos, como siempre, a todo lo que esté al margen de su propia seguridad, su propio confort, su propio bienestar; algunos pocos aplicándose más que nunca a un servicio público que cada vez sirve menos y peor.

Allá lejos, muy lejos, casi perdido, el Estado del Bienestar.

Pero en la España oficial interesan otros temas:

Acabamos de descubrir que la salida de la crisis pasa por la Ley de Economía Sostenible, última ocurrencia de nuestro sin par Presidente para cambiar el modelo económico español que nos sacará a todos de esta crisis mortal en que nos ha sumido el cambio climático. ¡Y el resto de Europa, sin enterarse ni de las causas de la crisis ni de la “receta” para salir de ella!

También en el Congreso, los que nos representan a todos, han estado estos días muy atareados. Han estado ocupados en aprobar, a instancias de ERC (en pacto con el PSOE), una cuestión de la máxima urgencia: instar al Gobierno a retirar los crucifijos de las escuelas. Y es que ofuscados, como estamos, por menudencias, ¡ni nos habíamos dado cuenta de que estaban ahí! Ellos sí, los padres de la patria, atentos como están siempre a las necesidades de esos hijos a los que representan sí han advertido con prontitud cuales son ellas y se aprestan a satisfacerlas. ¡No más crucifijos en las escuelas¡ ¡Que se preparen los Belenes y otras manifestaciones de nuestra historia cultural!

Y en la Cataluña oficial pasa otro tanto.

La prensa, esa prensa cuyo deber primordial debería ser informar, urde, trama, se compincha bajo auspicios sospechados y se sube al carro político para agradar a sus benefactores (aquellos de quienes recibe subvenciones, anuncios y suscripciones) y dar por sentada una afrenta a la “dignidad” de la entelequia en la que, queramos o no, nos meten a todos sin pedirnos permiso e ignorando por completo la otra dignidad, la de aquellos otros ciudadanos de Cataluña sumidos en el abandono, la necesidad y la ausencia de derechos. Y es que, ya se sabe, lo importante es lo importante. Y lo otro no lo es.

Y entre lo importante está el “fer costat” a los amigos. La clase dirigente silencia e ignora todo cuanto le es posible los últimos escándalos de corrupciones aun no cerrados, casos Palau, caso Pretoria, ¡ya ni hablamos del tres por cien!… Todos los imputados y sospechosos de los mismos configuran una larga lista de pertenecientes a la casta dirigente de esa Cataluña tan digna que excluye de su seno y arroja de su amparo la dignidad de tantos de sus ciudadanos… Todos ellos miembros de esa unida clase dirigente que se apoya y se protege. Por eso, nadie sabía nada o alguien, tal vez muchos, cerraron los ojos para no advertirlo. Nada sabían y nada percibieron; los tenían al lado pero nada advirtieron antes y callan ahora tratando de salvar el prestigio de la casta.

Mientras tanto, gran número de municipios catalanes se suman a un ridículo referéndum orquestado por unos poderes públicos que no hallan causa de preocupación en la situación de los colectivos y los individuos de la Cataluña real.

Esto es cuanto interesa a la oficialidad y de cuanto se hacen eco los periódicos.

Lo otro, lo de más arriba, ni es de interés ni merece la atención de la prensa, ya sabéis, carece de “dignidad”, de esa “dignidad” que sí tiene esa irreal, arbitraria e inhumana Cataluña que se están inventando unos pocos...

María José Peña
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miércoles, 2 de diciembre de 2009

NACIÓN Y LIBERTAD (I)

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Cuando los padres de la patria de los Estados Unidos de Norteamérica redactaron la Declaración de Independencia, no apelaron para legitimar su separación de Gran Bretaña a una identidad nacional basada en una historia común de las colonias que se alzaron en armas contra la metrópoli, ni a ninguna particularidad cultural o étnica que las legitimase en su aspiración a constituirse en una nación, ni por supuesto a una lengua propia, puesto que la población de las colonias era muy mayoritariamente de habla inglesa. Sus motivos para declararse independientes fueron, en sus propias palabras, la defensa de dos principios universales que estaban siendo conculcados: la igualdad de todos los hombres y la existencia de derechos inalienables, como el derecho a la vida, a la libertad y a la búsqueda de la felicidad. La Declaración sostiene “que cuando quiera que una forma de gobierno se haga destructora de estos principios, el pueblo tiene el derecho a reformarla o abolirla e instituir un nuevo gobierno que se funde en dichos principios, y a organizar sus poderes en la forma que a su juicio ofrecerá las mayores probabilidades de alcanzar su seguridad y felicidad.” Es decir, la nación que con el tiempo llegaría a ser la más poderosa del mundo nació con el fin de defender la igualdad, la libertad y los derechos fundamentales de sus ciudadanos.

Como consecuencia de ello, más de doscientos treinta años después, los ciudadanos de esa nación siguen imbuidos de un amor a la patria que en Europa es a menudo incomprendido y ridiculizado. Somos pocos los europeos que reconocemos en ese orgullo por la bandera, el himno, las instituciones y los héroes la herencia viva de aquella afirmación de la libertad y la dignidad del hombre.

Unos treinta años después de proclamarse la independencia de los Estados Unidos sobre los fundamentos de la igualdad y la libertad, Johann Gottlieb Fichte pronunciaba desde el corazón de la vieja Europa, en el Berlín ocupado por las tropas napoleónicas, sus célebres Discursos a la nación alemana. En el octavo de esos discursos, afirmaba que “la tendencia natural del hombre es tratar de encontrar el cielo ya aquí en la tierra y diluir lo eternamente duradero dentro de su trabajo terrenal de todos los días”, y que pueblo y patria son “portadores y garantía de la eternidad terrena” y “aquello que puede ser eterno aquí en la tierra”. Notamos enseguida la diferencia fundamental entre esta afirmación de la grandeza de la nación y aquella otra que alumbró a los Estados Unidos de Norteamérica: donde allí había vindicación de la libertad y los derechos del individuo traicionados por la corona británica, aquí encontramos una apelación a un destino común, universal y trascendente del pueblo. ¿En qué pensamos al oír hablar de la “eternidad terrena”? Evidentemente, en el cielo en la tierra, el paraíso terrenal.

Tal vez a pesar del propio Fichte, el cual, como veremos en una próxima entrega de esta serie, fue realmente un defensor de la libertad, los nacionalismos que durante los últimos doscientos años han, primero, construido y, después, asolado Europa se han alimentado de esta última concepción de la patria “como aquello que puede ser eterno aquí en la tierra”. De ahí nacieron los movimientos de unificación de Alemania e Italia; pero también con esa promesa de traer el cielo a la tierra se cometieron los incontables crímenes del comunismo, el nazismo y el fascismo, las tres principales ideologías que en el siglo XX anularon la persona en aras de un proyecto de ingeniería socialnacionalista.

Karl Marx decía que, si fuera cierto que la historia se repite, lo que primero se presenta como tragedia, después se repetiría como farsa. Por una vez, parece que acertó en sus predicciones. En una sociedad en la que la cultura dominante ha prescindido de toda trascendencia y que se centra en lo superficial, lo pasajero, la mera apariencia y la voluntad individual, el amor a la patria se torna absurdo o incluso insufrible, por cuanto pone a esa sociedad ante su propia futilidad. El vacío que deja la ausencia de un gran ideal de patria se llena entonces con el retorno al refugio del clan, de la tribu, bajo la forma de los nacionalismos separadores, construidos sobre la base del rechazo al todo integrador. Por eso estos nacionalismos que ahora corroen la vieja nación española se empeñan en reescribir la historia: quieren fundar en un pasado imaginario esa “garantía de eternidad terrena”, y a cambio exigen a las personas miedo y sometimiento, porque nacen de la negación del otro y la mistificación de la propia grandeza. Prometen la libertad del pueblo, y a cambio sacrifican los derechos y las libertades de los ciudadanos, porque los consideran súbditos, meros instrumentos al servicio de la construcción nacional.

La libertad nunca se construye sobre la mentira.
Francisco González
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